HUMOR PASTORAL II

Hace unas semanas y promediando el servicio del domingo, alguien de nuestro equipo oyó ruidos en una habitación que tenemos detrás de la plataforma. Cuando entró a ver de qué se trataba había un hombre allí, tomando nuestras sodas y comiendo la comida que allí guardamos. Cuando le preguntó quién era y qué hacía ahí, el desconocido dijo que hacía 2 días que estaba dentro del templo, porque no tenía donde ir. Había llegado a un servicio de la iglesia americana y se había escondido en las instalaciones del edificio del que hizo su casa por un par de noches. Lo dejamos terminar su comida, más bien la nuestra, oramos por él y lo llevamos a un refugio de la ciudad. Parecía inofensivo pero el susto nos lo dio. No supimos más de él. En realidad no hemos preguntado a los otros pastores del área.

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