LOS NIÑOS DEL VECINO

Recientemente un colega me hizo una pregunta difícil. Pastor, cómo se soluciona el problema de los miembros que andan de iglesia en iglesia? No pude elaborar una respuesta completa en el momento, pero le dije creo que si los pastores están unidos y son amigos, eso ayudaría mucho a frenar ese fenómeno. Pero me quedé pensando en el asunto. Ganar, discipular y entrenar a una persona cuesta mucho trabajo, y sé como esta situación afecta a los pastores creando situaciones de división y conflicto. A la tarde Dios me dio una revelación sobre el asunto que quiero compartir aquí. Lo que entendí es que esto es como cuando los hijos del vecino cruzan la cerca y se meten a tu patio. Tú los dejas un ratito, pero no te quedas con ellos. Vas, hablas con los padres y los envías a su casa. Si te quedaras con los niños del vecino, te meterías en problemas con la ley. Ahora, puede ser que los niños no quieran volver con sus padres. Puede ocurrir que pidan para quedarse contigo. Ya sabemos cuántos casos hay de maltrato familiar. Pero si ese fuera el caso, tampoco te quedarías con ellos. En última instancia darías cuenta a las autoridades. Sería un asunto muy delicado. Es verdad también, que parejas que no son reproductivas, que no pueden tener hijos, buscan a veces la opción de adoptar. Pero nadie adopta los hijos del vecino. Los padres que no pueden tener hijos, buscan con mucho cuidado. Entran en un proceso de preparación y finalmente cuando encuentran el niño o niña que buscan, lo adoptan. Veo muchas similitudes con lo que sucede en muchos lugares con personas que recorren iglesias. La iglesia es una casa espiritual, los pastores son padres espirituales y las personas son hijos de esa familia nacidos en la casa o por lo menos nacidos a la visión de la casa. Todas las demás formas de ver una iglesia para mí son conflictivas. Cuando la gente ve al pastor como el jefe, se relacionan con él de una manera no saludable. Hay tensión y temor. En el mejor de los casos, lo que hay es una relación distante. Jerarcas y subordinados. O un líder inalcanzable y una legión de admiradores. Pero eso cambia cuando el pastor es un padre espiritual. El apóstol Pablo llamaba hijos a los creyentes de las iglesias que él fundaba. Yo los engendré, les decía. Es diferente cuando las personas no se sienten "miembros" o meros asistentes... sino hijos. La verdad es que muchas personas no se sienten hijos de ninguna casa. Han rodado mucho y no tienen un padre espiritual. Han tenido o tienen, un pastor, pero no lo ven como padre. Son huérfanos. Hay un fuerte espíritu de orfandad en la iglesia. Muchos creyentes creen en un Dios poderoso pero no lo ven como padre. No se sienten hijos y no viven como hijos. Cuando no hay paternidad espiritual no hay reproducción. Por eso muchos creyentes pasan años sin ganar a alguien, sin reproducirse. Escribiré más sobre esto en el futuro, pero esa tarde entendí que no se puede formar una familia con los hijos del vecino.

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