El Espíritu de Barrabás

El espíritu de Barrabás opera cuando una persona para lograr sus objetivos daña a otras. Lo vemos todos los días. En el mundo financiero, en la política, en el deporte y aún en la familia y en la iglesia. El primer dato que aparece en el evangelio acerca de Barrabás es que era un preso por sedición y homicidio. Organizó una revuelta pero lo único que logró fue matar a alguien y caer preso. No sólo él, sino también los que lo seguían. Ahora lo sueltan no porque sea justo, sino porque es más conveniente para los intereses personales y políticos de Pilato: liberarlo a él y condenar a Jesús. Barrabás no opera solo, necesita el espíritu de otro que como él tenga intereses claros pero que no sea muy escrupuloso. Entonces se usan mutuamente. El fin justifica los medios y conecta los secuaces.
La manera de hacer las cosas de Barrabás no sólo lo afectó a él, cayó preso, sino también a sus cómplices. Eso a Barrabás no le importa. Las personas son objetos de uso y escalones para trepar a sus objetivos. Pregunte a los grupos guerrilleros que reclutan niños y mujeres. Pregunte a los dictadores que echan gases sobre su propio pueblo. Pregunte a los seguidores de una secta que son exprimidos como limones y luego desechados. Pregunte a los "plantadores" de iglesias que fundan ministerios con miembros de otras iglesias. Las fundan y después las funden. Es el espíritu de Barrabás. Suelto y desvergonzado. La buena noticia es que del otro lado, hay uno que lo tienen atado pero que es experto en liberación. Uno que se mantiene callado porque conoce el poder del silencio. Porque ya habló y ya hizo lo que tenía que hacer. Ahora calla porque su vida habla. Uno que va a salvar a todos, sin matar a nadie. Uno que va a morir para que todos vivan!

Comentarios

Publicar un comentario

Más populares