Posiblemente nos queden otros 6 meses de pandemia y tal vez deba pasar 1 año hasta que todo se calme y vivir e interactuar con otros se vuelva seguro. Muchos pastores están emocional y mentalmente exhaustos. Han visto morir colegas y feligreses. Han tenido que cerrar sus templos por largos meses y cancelar la mayoría de sus planes y actividades del año. Han tenido que hacer frente a sus obligaciones y responsabilidades económicas con las finanzas en descenso. Han soportado el alejamiento de algunas personas y la incertidumbre sobre el futuro. Han tenido que aprender a las apuradas el lenguaje de la tecnología y a nadar en las aguas del universo digital. Han batallado solos y han batallado duro. Han dormido poco y han trabajado mucho. Al borde la quemazón la pregunta es cómo seguir? La respuesta no es sencilla, pero aquí algunas sugerencias con humildad y respeto:
1. Descanse en el Señor. Él es el dueño de la iglesia.
2. Descanse físicamente. Su cuerpo tiene límites.
3. Descanse emocionalmente. Cristo ya murió por la gente usted no tiene que hacerlo. Busque refugio en su familia.
4. Suelte lo que ya no existe. No golpee a un caballo muerto.
5. Suelte lo que ya no funciona. Crisis acelera el cambio.
6. Suelte lo que no es para usted. Usted no puede hacer todo.
7. Baje el ritmo sin bajar la pasión.
8. Refresque la visión y admita cosas nuevas.
9. Reinvente su vida. No se vuelva un dinosaurio. Cambie.
10. Renueve su vida devocional. Ore más, trabaje menos.
11. Si quiere el altar de la iglesia en fuego, encienda el altar familiar.
12. Cuídese a sí mismo, de lo contrario no podrá cuidar a los demás.
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